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El museo Porsche

Poquitos vicios me había pegado yo al Need For Speed Porsche 2000, en mi antiguo Pentium II con 64 MB de RAM y tarjeta gráfica Nvidia TNT2 de 32 megas… Ese juego me molaba que te cagas, por dos cosas principalmente: primero, porque la conducción era bastante realista, sobretodo para lo que se llevaba en la época. Y segundo, porque hacía un repaso de la historia de la marca Porsche, desde sus orígenes hasta el año 2000 (que era cuando se lanzó el juego). Empezabas en 1950 con el Porsche 356 Coupé Ferdinand y luego ibas evolucionando, consiguiendo coches más potentes y avanzando a lo largo de los años. Así que, sin quererlo ni beberlo, llegué a ser el chuleta de un barrio llamado Bel-Air me empapé bastante de la historia de esta marca.

Así que dejaros de Plei Esteichons 4, Equisboxes y toda esa mierda y pegaros un buen vicio a algo de abandonware, cojones ya.

Y después de hablar como el abuelo cebolleta, vamos a echarle un ojete a

El museo Porsche, visita obligada para todo Petrolhead

No hace falta decir dónde se encuentra este museo, ¿no? Para los de la generación de MYHYV: Está en Stuttgart. Stuttgart está en Alemania. Sí, joder, Alemania. Buscadlo en el mapa. No os pongáis nerviosos. Bah, da igual, meteros vuestra dosis de Winstrol y tirad pal gimnasio, anda.

La exposición comienza con proyectos que Ferdinand Porsche realizaba antes de construir sus propios coches, tales como motores de avión o un motor eléctrico que iba directo en las ruedas. Tope de moderniqui, ¿verdad? Pues estamos hablando del año 1900. Casi ná pal cuerpo.

Después, entra ya de lleno en lo que son los coches. Comienza con la primera unidad del primer modelo de Porsche, el 356, en este caso un roadster. Tenía 35 CV, pesaba 585 kg y pillaba 135 km/h. La base era Volkswagen. De hecho, el motor era el mismo que llevaba el Escarabajo de la época, pero un poco retocado, para ganarle 10 CV más. Sí sí. El primer Porsche de calle no era más que un Escarabajo tuneao.

Después, empezaban los 356 más “normales”.

Siguiendo la evolución temporal, llegamos al 356 B 2000 GS Carrera GT. Un buen pepino para la época (estamos hablando de finales de los ’50 – principios de los ‘60).

Tras el 356, vino el 911 y, paralelamente a éste, otros modelos, como el 914.

El 914 nació como modelo low-cost, pero a mí me encanta. Nació en colaboración directa con Volkswagen. De hecho, en la placa pone VW-Porsche. La idea era hacer un deportivo asequible, por lo que echaron mano del banco de órganos de VW para construir este coche. Y un requisito muy importante: para que el vehículo fuera asequible, se tenía que diseñar de tal forma que se pudiera construir en las líneas de montaje de Volkswagen.

Después, venía un modelo precioso: el 911 Carrera RS, de 1973. Famoso por su alerón, que le hizo valer el apodo de “cola de pato”. Equipaba un motor 6 cilindros bóxer de 2,7 litros y 210 CV. Un clásico, que también me mola un puñao, y que está supercotizado.

Siguiendo con los modelos de serie, debido a la crisis del petróleo de los ’70, en Porsche se pusieron las pilas para hacer un modelo económico, paralelamente a los modelos que ya fabricaban. De ahí nacieron los primeros bocetos del que luego sería el Porsche 924. Más feo que una nevera por detrás.

Por otro lado, pasando de dicha crisis como de la mierda, Porsche le echa un par de huevos y lanza una bestia parda: el 911 Turbo. Con un motoraco 3.0 litros turboalimentado a la vieja usanza, para conducir este coche hay que ser un hombre de verdad. 260 CV al eje trasero sin ayudas electrónicas (en aquella época… xD) es lo que tiene.

Más tarde, vinieron modelos como el 924 (el modelo de serie) y el 928. Los puristas decían que aquellos coches no se podían considerar Porsche: ¿qué mierda era aquello de motor delantero? ¿y con los cilindros en línea? ¿¡y refrigerado por agua!? Y salieron a la calle con palos y antorchas. Bueno, esto me lo acabo de inventar.

A partir de finales de los ’90, Porsche se centró en fabricar el Boxster y el 911, así, a gran escala. Después ya vino el Cayenne, el Panamera y el Macan.

Pero además de los coches de serie, en el museo también están los coches de competi, ahí to punteros.

Comienza con un modelo de 1947, el Porsche Typ 360. Con un motor 1500 de 12 cilindros (sí, no hay ningún error) con compresor. Le sacaban 385 CV.

En 1977 Porsche fabricó el 935 “Baby”. Llevaba un motor de 1425 cc sobrealimentado y entregaba 380 CV. No está mal.

oco más tarde, en 1978, vino el hermano mayor, apodado «Moby Dick», por esa cola enorme que tenía. Un ojete para tirar cohetes. Motor bóxer turbo de 6 cilindracos, 3.200 cc y 845 CV. Lástima que se comiera los mocos en competición y acabara en el museo antes de tiempo (¿recuerdas el Porsche 917?).

En los ’80, además de ocuparse de sus propios vehículos, colaboró en F1 con McLaren, diseñándole un motorín turbo de 1,5 litros y 850 CV.

En los ’90, podemos hablar del GT1, por ejemplo.

Además, el museo Porsche tiene también algunas curiosidades, como por ejemplo un proyecto low-cost que te cagas que Porsche hizo para el mercado chino, allá por el lejano 1994.

Qué feo que es el hijo puta, ¿eh? Tiene un motor boxer de 1.100 cc que da entre 48 y 68 CV. Un pepinaco.

Para quitar ese mal sabor de boca, también hay motores de competi. Mirad qué rico:

Sally, de la peli Cars, también está presente. El coche es funcional. Si quieres, puedes ir con ella hasta la discoteca más gayer que te apetezca. Eso sí, conduciendo como Ace Ventura, con la cabeza sacada por la ventanilla.

Y los que piensen que el primer Porsche con motor Diesel fue el Cayenne, están equivocados. Hace más de 50 años que hay Porsches movidos por motores de ciclo Diesel. Aunque tal vez no sean como os los imagináis…

Por supuesto, también se pueden ver los últimos Porsche hasta la fecha:

Hay muchas más cosas interesantísimas, pero como dije cuando hice el artículo sobre Klassikstadt, hay que mover el culito y visitarlo en persona. ¿O es que os créeis que los alemanes viven del aire?

Para acabar, os dejo con una frase de esas que molan, de las que si las dijera Paulo Coelho sería un best seller. Pero no. La dijo Ferry Porsche. Ahí va:

 

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El museo Porsche, visita obligada para todo Petrolhead
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El museo Porsche. Para los de la generación de MYHYV: Está en Stuttgart. Stuttgart está en Alemania. Sí, joder, Alemania. Buscadlo en el mapa. No os pongáis nerviosos. Bah, da igual, meteros vuestra dosis de Winstrol y tirad pal gimnasio, anda.
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