Cuando era chiquitico me flipaba ver a esos Nissan Patrol (los de Fanta MOLABAN MIL) y otros maquinotes surcar las dunas y volar raso por las llanuras del París-Dakar. Me refiero al París-Dakar pata negra, no al de ahora, que ni empieza en París ni acaba en Dakar. Es lo que tiene que los terroristas te vacilen: que toca cambiar de aires antes de que la palme alguien.
Bueno, que eso, que me flipaba el París-Dakar. Pero ya desde pequeño sabía que la pobreza extrema me iba a impedir correr uno. Así que nada, aquí acaba la historia de hoy. Chao.
Que no hombre, que es broma. Ya de mayor, con vello púbico y negror escrotal, me enteré de que se organizaban raids así en plan solidario. Ya sabéis, de los de fumar petas y escuchar a Manu Chao. El destino me llevó a uno de ellos, curiosamente uno de los más mediáticos y más duros mecánicamente: La Maroc Challenge.
¿Y qué tiene esto que ver con el París-Dakar? Bueno, muchos de los tramos que recorre este raid son calcados a los del París-Dakar original, el de los años ’70. Es cierto que la Maroc Challenge es un raid solidario al fin y al cabo, pero también es competición: se usa equipo de carreras (el localizador GPS-transmisor Stella III, que en nuestro caso vino directo después de la Baja California) y aunque aquí no se premia al que más corre, sí es un raid de regularidad.
La navegación es una parte vital. Si te pierdes, perderás tiempo, y encima te penalizarán por desviarte de la ruta. Al final de todo, el que tiene menos punto de penalización es el que gana. Y si hay empate a puntos, tendrá ventaja es que haya recorrido el raid con la velocidad media más baja. Así es. En la Maroc Challenge se premia al más “lento”.
Este raid tiene varias categorías:
– Adventure C (turismos)
– Adventure TT (todoterrenos)
– Raid (todoterrenos)
La diferencia entre Adventure y Raid es la ruta que siguen. La de la Raid es más difícil. De hecho, no te dejan apuntarte a menos que ya tengas experiencia en estos temas. Dentro de la categoría Adventure, los turismos siguen algunos tramos distintos a los TT, como por ejemplo durante las etapas de dunas: si metes a un turismo allí, se quedará atrancado en cero coma.
La parte solidaria del raid Maroc Challenge es el reparto de ropa y calzado entre la gente de allí, sobretodo en los poblados perdidos entre las montañas o el desierto. También se lleva material escolar, que se deja en una escuela cerca de Merzouga.
Esto es grosso modo la Maroc Challenge. ¿Se parece al Dakar? A mí me ha flipado lo suficiente para decir que ya puedo tacharlo de la lista de cosas a hacer antes de mudarme a una caja de pino. Es más, me parece hasta mejor que el París-Dakar. ¿Por qué? Bueno, no me imagino a los pilotos de esa competición parando en medio de un cauce de río seco a ayudar a la peñita que se ha quedado atrancada con su Renault 9 o haciendo una pausa en medio de las dunas para comerse un cacho de pan con fuet. En realidad, esa fue la dieta básica durante todo el raid.
Eso es lo que mola, joder. Ir de competi, pero de buen rollo. Cuando adelantas o te adelantan, saludas. Y no pasa nada. No vas a perder por ir más lento. Y luego, cuando llegas al hotel, comentas las jugadas con el resto de participantes mientras te tomas un cacharro o unos zumos de uva fermentados.
Entonces, ¿todo en la Maroc Challenge es bueno e idílico? Pues no. Lo primero que hay que saber si quieres ir es que, sobretodo si vas con un turismo, es muy probable que el coche vuelva en grúa. Es MUY DURO para la mecánica. A la vuelta, en el puerto de Almería, la escena era dantesca, apocalíptica. El sueño húmedo de Pedro Piqueras. Turismos y todoterrenos subidos a camiones grúa, y otros todoterreno supervivientes tirando con una eslinga de otros coches que habían perecido, algunos de ellos en el último momento, como aguantando heroicamente hasta desfallecer ya dentro del barco. D.E.P. siempre saludaban.
Una de las cosas que me sorprendió (para mal) es la mal llamada “asistencia mecánica” del raid. Durante las etapas hay varios coches con supuestos mecánicos para ayudarte a solventar las averías, siempre que se pueda. Nosotros los necesitamos en un par de ocasiones, y puedo decir que no tenían mucha idea. De hecho, ni siquiera hablaban castellano. Eran unos ingleses que supongo que estaban allí por colegueo.
La primera vez que los necesitamos, fue porque el Jeep Cherokee 4.0 de un colega se paró de golpe. Uno de estos tipos se quedó mirando el vano motor básicamente estorbando, hasta que le tuve que decir que se pirara. Tras comprobar yo mismo que no había chispa, aseguré con una brida de plástico el conector de la bobina de encendido, que estaba suelta, el coche arrancó y continuó en carrera. Poco después el motor se fue a tomar por el culo por un calentón. Y eso ya no lo solucionaba ni un dream team del Equipo A + MacGyver.
En la penúltima etapa, yendo on fire, empezó a sonar un ruidaco en la caja de cambios de nuestro Land Cruiser (el de la portada del artículo) y tuvimos que parar. Aparecieron estos personajes y tras arrancar el motor (lo habíamos parado nosotros), uno de ellos dijo que uno de los pistones no tenía compresión y que básicamente el motor se había ido al cielo de los motores. Menos mal que no le hicimos ni puto caso: el ruido venía claramente de la campana del embrague, así que lo que seguramente pasó fue que entró alguna piedra o que alguna pieza metálica se había soltado y la estaba liando parda ahí dentro. Poco después, el ruido desapareció y el coche volvía a estar como antes.
Por si aca, decidimos retirarnos de la Maroc Challenge, ya que había que volver a casa todavía, y estamos hablando de 2000 km.
También hubo algún problemilla con la organización logística: no aparecía nuestra reserva de uno de los hoteles. Después de cuatro gritos y algún combate de monos con navajas, la cosa se solucionó pacíficamente.
No voy a contar todas las batallitas, que me da palo y luego además nadie escucha. Así que si os pica la curiosidad, moved el culamen Petrolhead y apuntaos a este o a cualquier otro raid low cost. Y hablando de coste, ¿por cuánto sale la broma? Lo de low cost es relativo. A nosotros en particular, nos ha salido por algo menos de 1400 € por persona (éramos 3) incluyendo absolutamente todo, incluso un juego de amortiguadores que hubo que cambiar in situ.
¿Caro? ¿Barato? Qué más da. Lo que importa es que ahora voy a poder fardar con las tías de que he hecho un raid solidario. Y lo más importante: que para mí mismo ya puedo decir que he hecho el París-Dakar. Y eso no tenéis ni puta idea de lo feliz que me hace.